Mis miedos no me dejaban ser yo misma

Testimonio paciente, 22 años
Llegue a consulta con muchas inseguridades de mi misma y de mi personalidad. Todo me lo cuestionaba y mi mente parecía no parar. Sentía que cada cosa que hacia, el mundo estaba ahí para juzgarla y mirarla detalladamente. Sentía que mis amigas me odiaban, que no era querida por los que me acompañaban en mi día a día, y obviamente tampoco me quería a mi misma.

Cuando salía con mis amigos o a una fiesta, lloraba antes de salir porque me daba infinita ansiedad no saber de qué hablar. Muchas veces elegía no ir, porque pensaba que no podía con la ansiedad. Tenía miedo que si iba a esa junta o fiesta después me tomarían menos en cuenta, porque o no hablaría o hablaría tonteras y entonces si o si hablarían mal de mi después y elegirían alejarse. Sentía que no le importaba a nadie y que poco tenía que entregarle al mundo.

Despues de un tiempo de terapia, empecé a darme cuenta que la mayoría de las cosas que pensaba eran solo eso: pensamientos. No era mi realidad al cien por ciento y la verdad es que estaba muy lejos de serlo. Solo esa “realidad” o miedo se acercaba y se hacía más real cuando usaba estrategias que parecían las correctas para mantenerme a salvo de mis miedos. Porque como defensa y sin darme cuenta era pesada con los que me rodeaban y actuaba como si no me importara nada, así si no me querían o me pelaban, me “daría lo mismo”.

Después de varias equivocaciones, me di cuenta que necesitaba ser yo, hablar cuando quisiera, atreverme a decir sin pensar tanto y olvidarme del juicio del otro, porque la realidad es que yo estaba siendo mi peor jueza. En el camino de terapia, me conocí demasiado, ahora sé lo que me gusta y lo que no. Aprendí a identificar lo que me gatilla el miedo y a usar mejores estrategias frente a él. También entendí que no hay que darle tanta importancia a críticas del otro (si es que las hay) porque la verdad es que nadie me conoce como me conozco yo. Y ahora sé lo que valgo.

Aprendí también que nunca voy a estar lista para todo, y eso está bien también. Solté el control, porque entendí que tampoco me servía con mi miedo. Ya sé que la mayoría de las veces voy a tener un poco de miedo y eso también está bien. Hay que hacerlo CON miedo. Hoy sé que hay que hacer cosas incómodas para crecer, y en ese crecimiento dejarán de ser incómodas.

Pero por sobretodo aprendí a elegirme, a valorarme y a reconocer cuando mis propios pensamientos me estan haciendo daño. Aprendí a ver si mis pensamientos eran un fact o un fear y buscar mi solución desde ahí. Entendí que cuando tengo un problema, en vez de ignorarlo, necesito sentirlo, darle espacio y después buscar cómo resolverlo. Fui capaz de reconocer que la mayor parte de mis pensamientos eran contra mi misma y de a poco he ido tratando de cambiarlos. Hoy me trato como la persona mas importante, porque eso soy.

Finalmente nadie va a vivir tu vida por ti, solo tu puedes hacer ejercicio, estudiar, hablar con tal persona, etc. Hoy todo parte por mi y para mi, y este cuerpo y corazón van a estar conmigo para cada momento importante en mi vida, y por lo tanto si o si tengo que tratarlo bien y quererlo.

También te puede interesar