Que el lenguaje crea realidades, lo hemos escuchado muchas veces, y la verdad es que lo que te dices SÍ importa. Cada palabra, cada pensamiento o cada mirada del mundo que te rodea, impacta en tu manera de construir y crear tu propia realidad. Y si bien existen realidades más duras e injustas, el cómo las miramos y cómo las enfrentamos, hará que cada realidad sea vivida de manera distinta para cada ser humano en particular. Finalmente no eres lo que te pasa, sino lo que decides hacer con aquello que te pasa. Muchas veces uno de los ingredientes más importantes de la vida son la actitud con la que la enfrentamos y cómo proyectamos eso que queremos ser.
En mi trabajo como psicóloga intento día a día trasmitirle a mis pacientes que NO son lo que les pasa y que lo que se dicen a ellos mismos, muchas veces tiene un poder mucho más grande. Cada uno de nosotros es agente de cambio de su propia vida, y aunque a ratos no le encontremos sentido o vayamos con una mochila de sufrimiento a cuestas, si podemos buscarle un nuevo significado a lo que nos pasa y que ese significado nos mueva en otra dirección. Cada uno de nosotros cuenta con una maleta llena de recursos, que nos permite dar un vuelco en la mirada de nosotros mismos o de nuestra vida.
Desde la mirada de la psicología positiva de Martin Seligman, la psicoterapia no se trata solo de hablar de problemas y de aquello que nos hunde, sino de ir encontrando eso que nos da sentido y motivación en la vida, encontrar lo que nos hace vibrar y que nos ayuda a mirar el futuro de una manera distinta. Desde la mirada de Bill O´Hanlon precursor de la psicología centrada en las soluciones, siempre hay una excepción al problema que nos aqueja, siempre hay algo distinto que estás haciendo y que te sirve para empezar a mejorar eso que intentas solucionar. No podemos cambiar el pasado, pero siempre podemos partir de nuevo y muchas veces de cero.
Si cada uno de nosotros se desafiara cada mañana a ver su HOY de un modo distinto, a decirse cosas amables y a poder permitirse sentir aquello que también cuesta, sin duda, iríamos construyendo una realidad distinta, una realidad más cariñosa y compasiva con nosotros mismos. Porque lo que eliges decirte si importa, porque lo que te dices impacta en ti, y también impacta en todos los que te rodean. Ese mundo lo vas construyendo TÚ día a día, paso a paso.
Martin Seligman nos regala varios ejercicios que podríamos hacer para aumentar nuestra sensación de bienestar en nuestras vidas, ejercicios sencillos que pueden ayudarnos a comenzar o terminar de manera distinta ese HOY. Finalmente, lo que hace que la vida valga la pena, va mucho más allá de la ausencia de lo negativo, sino cómo miramos y cómo enfrentamos aquello que nos pasa.
Aquí les dejo 4 ejercicios que asegura Martin E.P. Seligman, funcionan a la hora de poner en práctica algo distinto para aumentar nuestra sensación de bienestar:
- Identifica tus fortalezas: Aunque suene sencillo, muchas veces no sabemos cuáles son esas características que nos hacen únicos e irrepetibles, y por ende especiales. Tenemos claros nuestros “defectos” o qué debemos mejorar, pero no reconocemos nuestros recursos, que son lo que más proyectamos y lo que hace que cada uno de los que nos rodea nos haya elegido. Para esto Seligman propone crear una historia acerca de alguna época en la que estabas en tu “mejor momento”. No necesita ser un acontecimiento importante que cambio tu vida, sino cuando te sentías pleno. Tiene que tener un principio claro, un desarrollo y un final. Una vez que tengas lista tu historia, tendrás que leerla todos los días durante una semana, preguntándote: ¿Qué fortalezas aparecieron cuando estaba en tu mejor momento? ¿Creatividad, empatía, asertividad, honestidad, humildad, lealtad, pasión?. Este ejercicio te conecta con tus características en su luz y que a ratos también se pueden ir a su sombra.
- Encuentra lo amable de tu día: Este personalmente es un ejercicio que me encanta y que muchas veces practicamos con mis pacientes, lo que me llevo a dejarlo en mi journal “Regálate 5 minutos”. La idea es lograr tener tan solo 10 minutos antes de ir a dormir para anotar tres detalles amables de tu día. Ojalá poder preguntare: ¿Qué fue lo que hizo que esto pasara pasó? ¿Qué de mí influyo?. Este ejercicio nos ayuda a poner nuestra atención en lo positivo y en lo que sí tenemos.
- Haz un acto de gratitud: Piensa por un momento en alguien que ha sido especialmente importante para ti y al que no haz podido agradecerle. Anímate a escribirle una carta o un mensaje por celular, puedes describirle lo que hizo y cómo eso afectó en tu vida. Si no quieres hacerlo tan detallado basta con un “Gracias por estar en mi vida”. Agradecerle al otro, siempre nos deja con el corazón llenito.
- Responde de manera constructiva: Aquí se recalca la capacidad de poder darle al otro respuestas activas de aquello que te están contando. No te conformes con solo escuchar al otro, asentir con la cabeza y luego responde con un “mmmm que interesante”. Ofrece una escucha y un diálogo activo, conecta con el otro y anda a su encuentro. Con esto ya le estoy transmitiendo al otro “Tu sí me importas” “todo lo que tienes para decirme es importante”. Poder conectar activamente con el otro, aumenta el compromiso y nos ayuda a nutrir nuestro vínculo, que es por lejos lo más importante cuando hablamos de bienestar emocional.
No podemos cambiar lo que nos pasa, no podemos elegir no tener dolores, no podemos pensar que la vida es fácil. Lo que si podemos, es mirar cómo la enfrentamos, que nos decimos y cómo nos tratamos frente a lo que nos pasa. Tenemos el poder de hacer algo distinto o ESTAR de manera distinta en nuestra realidad. Somos los creadores de como enfrentamos lo que nos rodeas. Puedes elegir construir tu realidad desde cualquier vereda ¿desde donde te quieres parar en la vida?.