En estas vacaciones he aprendido…
He aprendido que delegando tareas a mis hijos ellos crecen y yo descanso. He aprendido que si los suelto, ellos vuelan. Y que si confío, aprenden a creer en ellos mismos. Creer que pueden, que son capaces, y que no me necesitan para lograr lo que se proponen.
Está más que comprobado que el “overparenting” o la hiper-parentalidad, también llamados papás helicópteros, los desprovee de herramientas para enfrentar la vida. Incluso se ha visto como cuando hacemos POR nuestros hijos, ellos se vuelven menos eficaces en enfrentar sus emociones, y por ende, pierden la oportunidad de aprender a auto regularlas. Las vacaciones pueden ser un excelente momento para poder darles tareas, que según su edad sean capaces de lograr. Así podemos soltarlos, para que aprendan a HACER POR ELLOS MISMOS. Quizás no todo quede como nos gusta, pero podrán crecer en autonomía y sentir esa emoción tan positiva cuando somos capaces de lograr aquello que nos proponemos. Aliñar la ensalada, hacer la cama, poner la mesa, sacar la basura, ordenar su ropa o juguetes, poner los platos sucios donde se lavan e incluso lavarlos, son algunas de las tareas que podemos repartirnos en estas vacaciones. Lejos de la rutina y las tareas diarias que necesitan ser cumplidas, en un ambiente más relajado, más tranquilo y sin correr, podemos hacer este experimento e intentar dejarlos crecer y creer en ellos. Y podemos incluso estar atentos a cómo ellos se van sintiendo, siempre en un ambiente de cariño y de colaboración mutua, donde si me ayudas me cuidas y si te ayudo nos cuidamos.
Durante estas vacaciones mis niños pueden crecer un poquito más, no ser una mamá que subsidia y hace por ellos, les da la oportunidad a ellos de enfrentar nuevos desafíos. Quizás tengamos que redefinir en nuestra cabeza, la idea de que no subsidiar y dejar de hacer por ellos, no nos hace una “mala mamá” , sino todo lo contrario, una nos transforma en una mamá consciente de la necesidad que tienen de crecer y de que sin el subsidio ES cuando ocurre el crecimiento. Aprender a decirles “tu puedes” cuando ellos nos piden algo, es una tremenda garantía para ellos y para nosotros, ellos serán capaces de descubrir sus propias herramientas y de lo que son capaces de lograr; y nosotros, tendremos la certeza de que es ese crecimiento, el que los llevará a enfrentar mejor el mundo y el día a día que los rodea, cuando nosotros no estamos.
Hace un tiempo en mi cabeza está el lema “no más subsidio por más autonomía” y no saben cómo me ha ayudado a mí y a mis hijos. A mí porque me ha hecho una mamá mucho más libre, gozadora, tranquila y descansada. Y ellos han aprendido a crecer, a creer en ellos, a saber que pueden ayudarme y a mostrarme que también tienen su manera de hacer las cosas.
Cuando hacemos POR ellos, terminamos más cansadas y ellos más dependientes y necesitados de nuestra ayuda. Y a veces por el simple hecho de estar cansadas, terminamos desconectándonos de cómo se sienten, cómo viven y de lo que son capaces de hacer. La autonomía no solo es un regalo para ellos, es también un tremendo regalo para nosotras, que nos ayudará a poner el foco en la relación y no en el HACER.
Ya sabes tu desafío que ellos crezcan en autonomía y confianza, y tu crezcas en disfrute y conexión. ¡Así las vacaciones si pueden ser vacaciones para todos!