¿Nos te pasa que cuando piensas demasiado en algo terminas no haciéndolo?, ¿sobretodo si se trata de una decisión atrevida o que te hace enfrentar tus miedos?. A ratos pareciera ser que la mente nos carcome por dentro, poniéndonos en los mil y un escenarios de posibles “y si….”. Todos, escenarios, más negativos que positivos. Son muchas veces, nuestros pensamientos, los que nos atrapan en nuestro HOY. A ratos inmóvil, desierto, escaso, plano o descontento. ¿Qué pasa que nos cuesta pensar “y si….todo sale bien”?. Nuestro cerebro tiende a prenderse de lo negativo, porque tiene la necesidad biológica de protegernos. No es solo tu cerebro, son todos.
Cuando cerramos un año, viene esa necesidad de mirar lo vivido, de analizar, pensar o evaluar, lo que ha pasado. Buscamos mirar que tuvimos o que nos faltó. Volvemos a quedarnos en la cabeza: pensando, pensando….. pensando. Nos ponemos nuevas metas para futuro, nos decimos una y otra vez, que eso que queremos cambiar; cambiará. ¡Ahora si que sí!.
Muchas veces el problema es que empezamos ese año, de nuevo, desde la cabeza. ¿Que pasaría si simplemente nos atreviéramos? ¿qué pasaría si le diéramos menos espacio al pensar y más espacio al hacer? ¿correríamos realmente el peligro que nuestra mente nos hace creer que corremos?. Para este 2023 te invito a ir más allá, a jugar a hacer más y pensar menos. A no quedarte en los “y que pasa si….”, sino a decirte: “y que pasa si me arriesgo…. y todo sale bien”. Quedarse menos en el pensar, nos hace a veces funcionar desde un lugar más impulsivo y a veces ese lugar impulsivo, intuitivo y emocional nos lleva a lugares que no imaginamos. A ratos tenemos demasiado miedo y ese miedo nos sirve para estar a salvo, pero a veces ese miedo solo nos entrampa, nos enreda la cabeza y nos impide ese cambio que tanto necesitamos.
¿Qué nos impide conectarnos con nuestros sueños? ¿qué hace que perdamos la confianza en nosotros mismos? ¿por qué no somos capaces de ver nuestros talentos y sacarles brillo? ¿que nos hace pensar tanto y ha ratos hacer tan poco?. Vivimos en un mundo donde la realidad “manda” y el que sueña muchas veces se estrella, y tenemos tanto miedo a caernos y fracasar que nos quedamos estancados en el pensar. Analizar las innumerables variables, imprevistos, problemas y opiniones contrarias, nos hace finalmente no atrevernos a hacer nada.
En la vida construimos desde lo que vamos soñando y por sobretodo desde nuestra valentía para tomar decisiones y seguir eso que el estómago o una mente “soñadora” “intuitiva” o “impulsiva” nos muestra. La vida no es un plan perfecto y la verdad es que está lejos de serlo. Mientras más te adhieres a un plan en específico, pierdes flexibilidad, oportunidades, goce, piensas demasiado y, en ese preciso momento, aparece el miedo.
Quizás hoy terminando el año imaginas atreverte, pero el próximo estarás pensando: ¿qué pasa si sale mal?, entonces ya pierdes espontaneidad, brillo y, finalmente, te quedas pensando sin hacer lo que quieras y sueñas. La vida, más que un plan perfecto, es un mapa con distintas rutas que cambian y nos dirigen a lugares que quizás no imaginamos, de nosotros depende elegir cada ruta y no quedarnos en el mismo lugar. HACE andando….no pensando.
Suelta, confía y disfruta…. y este 2023 ¡HAZLO!.
Sólo existe tu propio plan, escúchalo y ponlo en marcha.